Pienso que es evidente que Gabriel García Márquez, por medio de la desmitificación que lleva a cabo en su obra, deja muy en claro que estas formulaciones de fe y creencias religiosas en su forma actual no significan nada para el creyente contemporáneo. De ahí que uno de los personajes de la novela exclame con gran indignación: —Collons […] Me cago en el canon 27 del sínodo de Londres (416).[6]
摘自Desmitificación De Dogmas Y Devociones Católicos En Cien Años De Soledad